Tel Aviv puede esperar
Estaría toda la tarde escuchándoloel cuadro de la lluvia repicando mis fantasmasocho letras que nunca supe ordenar, vestirme de rey mago en el zigurat de la epifaníay buscar en las máquinas entretenimiento
la jukebox de la vida suena a Marvin Gayemientras leo a Apollinaire en un infecto tugurio,
el crujido de las ondas desde la base americanay la novedad cateta en el color de la piel,
siempre seré fiel al calcetín blanco.
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